El frío y la digestión
Imagina que el proceso digestivo es una “cocción” donde se cocinan los alimentos que ingerimos. El estómago sería nuestra olla, y las enzimas digestivas serían el fuego. ¿Qué sería mejor, aportar calor o frío a la olla? Parece lógico pensar que el calor, por ejemplo, el agua caliente será más beneficioso para nuestra “cocción” particular.
Agua fría vs agua caliente durante la digestión
Más allá de la sabiduría popular, tenemos algunos datos analíticos muy interesantes. En un estudio han comparado si la temperatura del agua afecta al proceso digestivo. Y estos han sido los resultados (Fujihira et al., 2020):- Beber agua fría reduce las contracciones del estómago propias del proceso digestivo. En el estudio se observó con agua a 2ºC; en la imagen es la línea con triángulos.
- En cambio, cuando el agua está caliente, estos movimientos se activan mucho más. Se evaluó a 37ºC (línea con círculos blancos) y a 60ºC (línea con puntos negros). Es fascinante, ¿verdad?
Imagen de: Fujihira K, et al. The effects of water temperature on gastric motility and energy intake in healthy young men. Eur J Nutr. 2020 Feb;59(1):103-109.
Agua durante la comida: poquita y caliente
Aunque no conozco estudios que lo hayan valorado, estoy muy convencida de que es preferible beber poco líquido junto a las comidas, especialmente si sufres de problemas digestivos. Esto lo hemos podido comprobar muchas personas que tenemos un aparato digestivo algo débil.
Podría ser que ocurra porque cuando bebemos mucho líquido durante una comida (o 1 hora posterior) se produce una mayor disolución de los jugos digestivos, haciendo que la digestión sea algo más lenta. O quizás sea por otros motivos que desconocemos. Quién sabe. Sea por lo que sea, como indico a mis pacientes, es preferible beber poco líquido durante las comidas, y si bebes agua, que sea agua caliente, o al menos que no esté fría. También puede ser un poquito de caldo o de infusión.
Y en verano, ¿también agua caliente?
Si eres de las/los que en cuanto llega el calor te lanzas a cualquier bebida que tenga hielo o que esté casi congelada, esto te interesa. Aunque pueda parecer que una bebida fría (o un refresco), ayuda a refrescarnos, el efecto solo es momentáneo.
Solo tienes que fijarte qué hacen de forma tradicional en zonas como Marruecos, la India, China o incluso en pleno desierto del Sáhara. Lejos de lo que podríamos esperar, ellos beben agua o infusiones muy calientes. Por tanto, si lo que quieres es refrescarte, no te dejes llevar por el efecto inmediato. Está bien disfrutar de algo fresquito en algún momento puntual, pero para regular la temperatura, es más interesante beber el agua del tiempo, tibia o incluso caliente.
©2021 Lucía Redondo Cuevas. Derechos reservados.