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SIBO Sulfuro de Hidrógeno

El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) es una situación frecuente en personas que sufren trastornos digestivos. Existe un tipo de SIBO (SIBO sulfuro de hidrógeno) para el cual todavía no disponemos de análisis directos para determinarlo. Se trata de bacterias que forman grandes cantidades de un gas muy maloliente e inflamatorio; el sulfuro de hidrógeno.

 

Síntomas del exceso del sulfuro de hidrógeno

Síntomas digestivos

  • Mal aliento
  • Eructos con olor
  • Encías inflamadas
  • Gases con olor (a “huevo podrido”) y que no hacen ruido al expulsarlos
  • Dolor abdominal y/o trastornos inflamatorios en el intestino
  • Diarrea o estreñimiento

Síntomas extradigestivos

  • Confusión mental (“niebla” mental)
  • Sensación de mareo
  • Problemas de memoria
  • Fatiga
  • Acné o erupciones cutáneas
  • Picores en la piel
  • Dolor e inflamación corporal

 

El problema del SIBO sulfuro de hidrógeno

El sulfuro de hidrógeno es un gas que tiene un olor característico a huevos podridos. Seguramente en alguna ocasión hayas visitado unas aguas termales con un olor muy especial, un poco “apestoso”; ese olor es debido principalmente al sulfuro de hidrógeno.
En nuestro interior, habitan un tipo de bacterias que forman sulfuro de hidrógeno: las bacterias reductoras de sulfato (la más importante es el género Desulfovibrio), aunque también existen otras bacterias que forman este gas: las degradadoras de cisteína.
Es normal y necesario producir pequeñas cantidades de este gas, incluso tiene funciones fisiológicas (no todo es malo): el gas sulfuro de hidrógeno que se forma en el intestino desempeña un papel fundamental en el control de algunas funciones del organismo, como por ejemplo, nos ayuda al tránsito intestinal.
El problema aparece cuando la producción de sulfuro de hidrógeno supera la capacidad de detoxificación en las células. Hay sospechas de que la asociación con otro gas, el óxido nítrico, empeore esta situación. Altas cantidades de sulfuro de hidrógeno en el intestino, altera la estabilidad de la barrera intestinal. Existen dos mecanismos de acción conocidos (Teigen et al, 2019):
  • Impide la utilización de butirato en las células del intestino. El butirato es el alimento, el nutriente, de las células intestinales.
  • Altera la función de la mitocondria, aumentando la formación de radicales libres.

Se ha descrito que las bacterias reductoras de sulfato, pueden estar implicadas en la enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer colorectal y síndrome de intestino irritable (Kushkevych et al, 2020; Sing et al, 2015).

 

Diagnóstico del SIBO de sulfuro de hidrógeno

Para diagnosticar la presencia o no de SIBO, en general, el principal método que se utiliza en la actualidad es el Test de aire espirado, en el que se miden dos gases: hidrógeno y metano. Aunque ya existen en otros países, todavía no han llegado a España los test que miden el tercer tipo de gas, el sulfuro de hidrógeno.

Ahora bien, podemos sospechar de SIBO de sulfuro de hidrógeno cuando en el resultado del test de SIBO aparecen valores muy bajos tanto de metano como de hidrógeno (líneas planas), pero en cambio, hay síntomas durante la prueba. Lo cierto es que esto es algo que he podido comprobar en bastantes pacientes. Aunque también es cierto que, en otros pacientes, no es tan “matemático”, por lo que se deben tener muy en cuenta los síntomas previamente descritos, más allá del resultado del test.

 

Un poco de sentido común

Soy poco, o mejor dicho nada, partidaria de utilizar las pruebas complementarias como única base para el diagnóstico y tratamiento de un paciente. Los síntomas, el estado de salud (presente y pasada) y el contexto, es lo más importante. Una persona no tiene SIBO de sulfuro de hidrógeno, y ya está. Una persona tiene una serie de síntomas y parte de ellos podrían explicarse por un exceso del gas sulfuro de hidrógeno. Por ejemplo, podrías tener síntomas típicos del SIBO de sulfuro de hidrógeno (gases con olor), y también los típicos del SIBO de metano (estreñimiento). Y es que el tracto gastrointestinal es muy largo, y pueden convivir diferentes microbios a lo largo de su recorrido. O quizás el estreñimiento es causado por otro motivo, quién sabe.

¿Qué debes hacer para mejorar?

Se trata de una alteración de la microbiota intestinal, por lo tanto, lo primero es entender el por qué de ese desequilibrio. Y, después, aplicar tratamientos que ayuden a la mejora de ese ecosistema microbiano y que permitan mejorar la integridad de tus intestinos: fitoterapia, probióticos, bismuto, molibdeno, glutamina, butirato… son algunas de las ayudas. En cualquier caso, la buena noticia es que la alimentación es nuestra gran aliada para reducir los síntomas. Y es que cuando tenemos un exceso de bacterias reductoras de sulfatos, se desarrolla una intolerancia a compuestos azufrados. Por lo tanto, una alimentación baja en este tipo de compuestos, nos permitirá tener un respiro digestivo.

 

©2021 Lucía Redondo Cuevas. Derechos reservados.