La intolerancia a compuestos azufrados es poco conocida y afecta a un buen número de personas con trastornos digestivos.
Compuestos azufrados
El azufre es un mineral esencial, necesario para nuestro organismo. En cambio, si tenemos un exceso de bacterias reductoras de sulfato en los intestinos, éstas pueden convertir el azufre de los alimentos en sulfuro de hidrógeno, un gas que en exceso es inflamatorio y puede causarte algunos trastornos digestivos. El exceso de bacterias reductoras de sulfato, puede aparecer en el intestino delgado (SIBO de sulfuro de hidrógeno), o bien, en el intestino grueso. Los síntomas son parecidos: gases con olor a “huevo podrido”, dolor abdominal y diarrea o heces pastosas, y otros malestares como confusión mental y fatiga. En ambos casos, el resultado es una intolerancia a compuestos azufrados de los alimentos.
¿La Intolerancia: cómo se diagnostica?
Lamentablemente, a día de hoy no tenemos una prueba diagnóstica clara que nos permita diagnosticar la intolerancia a compuestos azufrados. Pero podemos sospecharla de las siguientes maneras:- Los síntomas descritos para el SIBO sulfuro de hidrógeno te deberían hacer pensar en ello.
- Se puede sospechar un SIBO sulfuro de hidrógeno de forma indirecta y poco precisa con el Test de aire espirado para SIBO (te lo explico en este post)
- Prueba 5 días haciendo una alimentación baja en compuestos azufrados (sigue leyendo).
¿Dónde están los compuestos azufrados?
Tampoco tenemos unas buenas tablas de composición que nos permitan conocer el contenido de compuestos azufrados de los alimentos. Para crear esta lista de alimentos, me he basado en las tablas de composición de la USDA, en el estudio de Masters & McCance (1939), y también en mi experiencia en consulta de esta intolerancia.
Alimentos a eliminar:
- Lácteos de cualquier mamífero (se puede mantener 50g de yogur, kéfir, queso cabra/oveja al día).
- Carne roja (de mamífero): ternera, cerdo, caballo, cordero.
- Legumbres: soja, garbanzos, lentejas, alubias.
- Trigo, cebada y centeno.
- Hortalizas aliáceas: ajo, cebolla, puerro.
- Hortalizas crucíferas: col, coliflor, brócoli, col kale, coles de Bruselas.
- Naranjas*
- Productos con el aditivo sulfito: frutas desecadas, vino, cerveza.
- Productos con el aditivo carragenato.
- Huevo (se puede mantener 1 al día).
- Grasas, especialmente grasas animales.
*Nota: la naranja no está incluida por el contenido en azufre, pero suele provocar síntomas en estas situaciones (seguramente por su contenido en tangeritina).
Azufre y grasa, ¿qué tienen en común?
Evidentemente no es lo mismo comerse un churro que un aguacate. Y además, la grasa no tiene azufre. Entonces, ¿por qué se restringe?
- Cuando consumimos grasa, ésta estimula la liberación de bilis de la vesícula biliar al intestino. Es la bilis la que contiene azufre (taurina); y a las bacterias reductoras de sulfato (nuestras enemigas), les encanta la bilis.
- Se ha observado que el consumo de grasa animal, aumenta las bacterias reductoras de sulfato.
¡Ojo! Las grasas presentes en el pescado azul son las que mejor se toleran, por lo tanto, son las que deberíamos priorizar.
Alimentos bajos en compuestos azufrados
- El resto de frutas: manzanas, peras, melocotón, etc
- El resto de hortalizas: alcachofas, endivias, zanahorias, etc
- Tubérculos como patata o boniato
- El resto de cereales: arroz, trigo sarraceno, quinoa, avena, mijo
- Pescado y marisco
- Carne de ave: pollo, pavo
- Frutos secos y semillas oleaginosas (no más de un puñado al día)
¡Haz esta prueba de 5 días!
Es una alimentación bastante restringida, pero la buena noticia es que el alivio de la sintomatología tras la aplicación de este tipo de planteamiento dietético suele ser muy rápida: una dieta baja en compuestos azufrados durante 5 días, es suficiente para valorar si hay una mejoría de los síntomas.
Solo la alimentación no es suficiente
El cambio de alimentación es una gran estrategia que mejora los síntomas y también a desinflama los intestinos, pero es imprescindible actuar con otras herramientas y otros cambios de hábitos que nos permitan mejorar la microbiota intestinal y la integridad de nuestro preciado intestino. Si lo necesitas, podemos ayudarte.
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