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La intolerancia a la histamina

Migrañas, picores, insomnio, dolores crónicos, congestión nasal, reflujo, hinchazón y dolor abdominal. Si sufres varios de estos síntomas puede que sufras de intolerancia a la histamina.

¿Qué es la histamina?

Seguro que te suena la histamina por los fármacos que se utilizan para reducirla, los anti-histamínicos. La histamina es una sustancia (un tipo de amina biógena) presente en nuestro cuerpo de forma natural, con funciones importantes. Por ejemplo, nos ayuda en la función del sistema inmunitario o incluso nos ayuda a formar ácido del estómago para ayudar a la digestión. La histamina es necesaria para nosotros, el problema es que demasiada histamina puede resultar, verdaderamente, desagradable.

 

¿Qué síntomas se relacionan con la intolerancia a la histamina?

El exceso de histamina sistémico (histaminosis) puede provocar síntomas muy diversos. Y es que existen 4 tipos de receptores celulares a los cuales se puede unir la histamina, que están repartidos por muchísimos tejidos de nuestro cuerpo. Síntomas más importantes (Shulpekova YO et al., 2021):
  • Reflujo gastroesofágico, hinchazón abdominal, gases, diarrea (o alternancia estreñimiento/diarrea).
  • Picores, dermatitis atópica, acné, urticaria crónica, psoriasis.
  • Enrojecimiento de la piel con gran facilidad. Moretones espontáneos.
  • Gran reacción a picaduras de insectos.
  • Hipotensión arterial, taquicaridas.
  • Migrañas, cefalea tensional, insomnio.
  • Asma, rinitis, mucosidades crónicas, acúfenos, mareos, vértigo.
  • Depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo.
  • Dolores generalizados, fibromialgia, síndrome fatiga crónica.
  • Cistitis intersticial, vejiga hiperactiva.
  • Síndrome premenstrual.
  • Hipersensibilidad electromagnética, sensibilidades químicas multiples.
Nota: a diferencia de otras causas posibles histaminosis (lo veremos más adelante), la intolerancia a la histamina dietética, se asocia muy frecuentemente a síntomas digestivos. Es común que las personas que sufran histaminosis, hayan acudido a varias especialidades médicas: dermatólogos, otorrinos, digestivos, etc. Y, en realidad, hay un nexo común con todo ello; la histamina.

¿Dónde se encuentra la histamina?

Existen pocos análisis publicados sobre el contenido de histamina en alimentos. Además, hay discrepancias en el criterio a seguir para considerar cuándo un alimento es rico, o no, en histamina. Además, la concentración de histamina varía por cuestiones como la maduración, el tipo de conservación o el tipo de cocinado del alimento. A esto se le suma, que no solo hay que tener en cuenta la histamina, si no que también hay que contemplar el resto de aminas biógenas que pueden estar presentes en los alimentos (cadaverina, putrescina, tiramina, triptamina). Sobre todo este asunto del contenido de histamina en alimentos, recomiendo el artículo publicado por mi compañero y amigo Dr Ismael Sanmauro et al., 2016. Y, por si fuera poco, también hay que tener en cuenta los alimentos que bloquean las enzimas de degradación de las aminas biógenas, y los alimentos que estimulan la liberación de histamina. Con todo ello, los alimentos más problemáticos en una intolerancia a la histamina son los siguientes:

  • Quesos curados.
  • Latas de conserva de pescados: atún, caballa, sardinillas, anchoas.
  • Mariscos: mejillones, berberechos, gambas…
  • Pescado azul: sardinas, caballa, salmón…
  • Frutos secos.
  • Algunas frutas: naranja, mandarina, limón, fresa, frambuesa, kiwi, piña, aguacate, plátano.
  • Algunas hortalizas: berenjena, tomate.
  • Clara de huevo.
  • Chucrut (col fermentada), salsa de soja, miso.
  • Vino, cerveza o cualquier otra bebida alcohólica.
  • Fármacos que inhiben la actividad de la DAO o estimulan la liberación de histamina: analgésicos (metamizol, ácido acetil salicílico); antihistamínicos (difenhidramina...). Puedes consultar la interacción con fármacos AQUÍ.

Pero ¡ojo! No se trata de hacer una dieta baja en histamina de por vida, ni mucho menos. En ocasiones ni siquiera es necesario hacerla (depende del caso). Lo realmente importante es localizar y tratar el fallo en la metabolización de la histamina. El problema no es la histamina, el problema es el motivo por el cual están elevados los niveles de histamina.

 

¿Por qué aparece la intolerancia a la histamina?

Tenemos una enzima, localizada principalmente en el intestino, llamada enzima Diamino-oxidasa (DAO). La enzima DAO tiene la función de degradar la histamina (y otras aminas biógenas) que aportamos con los alimentos. La enzima DAO se fabrica en las células intestinales y está constantemente liberándose a la mucosa intestinal durante la digestión, así como a la circulación sanguínea. La alteración de la mucosa gastrointestinal provocada por diferentes patologías, situaciones o medicamentos, puede reducir la actividad de la DAO. Por ejemplo, el SIBO es una de las causas del déficit de enzima DAO. Es cierto que también puede haber una causa genética: una mutación genética que afecta a la producción de la enzima DAO, o a los receptores celulares para la histamina. Pero igualmente, aunque exista una predisposición genética, hay que hacer una buena valoración del estado de la microbiota intestinal, de las mucosas que recubren los intestinos y de una posible hiper-permeabilidad intestinal.

Imagen de: Hrubisko M, Danis R, Huorka M, Wawruch M. Histamine Intolerance-The More We Know the Less We Know. A Review. Nutrients. 2021 Jun 29;13(7):2228.

 

¿Cómo se diagnostica?

La histaminosis la podemos sospechar cuando tenemos alterados los valores de "Histamina e metil-histamina" en orina. También se puede sospechar de una intolerancia a la histamina cuando hay valores bajos de la “Actividad de la enzima DAO en sangre”. Los polimorfismos en los genes que codifican para la enzima DAO y los receptores de histamina, podrían ayudar a conocer nuestra tendencia genética (pero esto no resulta determinante). De todas formas, lo que resulta verdaderamente determinante para conocer si existe una intolerancia a la histamina, es aplicar una dieta baja en histamina durante unas 3 semanas, y valorar si hay una mejora significativa de los síntomas.

 

¿Puedo tener exceso de histamina, si tengo bien la enzima DAO?

Si. La enzima DAO no es la única implicada en este asunto. De hecho, aquí se abre un gran abanico de situaciones que pueden dar explicación a muchos de los síntomas mencionados. De forma resumida y esquemática, podríamos decir que la acumulación de histamina puede producirse por otras 3 situaciones:

 

1. Por un déficit de enzima HNMT (histaminia-N-metil-transferasa) 

Se trata de un fallo en la degradación intracelular de la histamina. Dentro de las células, la histamina debe ser eliminada, degradada, y esto ocurre principalmente por una reacción química llamada metilación. Para ello se necesita una enzima llamada Histamina-Metil-Transferasa (HMT).

El déficit de la enzima HMT puede provocar una acumulación de histamina a nivel intracelular. ¿Cuándo sospechar de ello? Pueden aparecer síntomas digestivos o no, pero suelen predominar las migrañas, la congestión nasal o la dermatitis atópica. Los síntomas empeoran con el estrés y con los estimulantes, como el café.

 

2. Por disbiosis intestinal

El exceso de microbios patógenos productores de aminas biógenas, como ocurre en:

 

3. Por el síndrome de activación mastocitaria

Que puede aparecer por factores como:

  • Parásitos
  • Metales pesados, como mercurio, aluminio o plomo, así como productos químicos de perfumes o productos de limpieza.
  • Micotoxinas
  • Alergia sistémica al níquel
  • Enfermedad de Lyme
  • Desequilibrios hormonales
  • Radiaciones electromagnéticas
  • Déficits nutricionales

     

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